¿En tu empresa pierdes buenos empleados sin razón aparente?
Perder buenos empleados es algo preocupante por dos razones,
Perder buenos empleados es algo preocupante por dos razones,
A.- El costo que tiene la salida de un buen elemento. Ya que se pierde la capacitación, la experiencia y el conocimiento de la operación que se lleva esa persona, más el costo de capacitación y la curva de aprendizaje que se tiene que invertir en quien lo sustituirá.
B- Quiere decir que algo no está funcionando bien y que nadie del ámbito de administración o dirección se ha percatado, o peor aún, no han atendido.
1.- El desinterés de los dueños o director general.
El desinterés de los dueños o director general por la situación de los empleados de la empresa. Como menciono en mi escrito “Rotación de personal en las empresas.” Muchos jefes son capaces de quejarse de sus superiores, pero no detectar el mismo problema en ellos hacia sus subalternos. A veces la inconformidad de buenos empleados no es notada por los dueños o el director de la empresas, y por consiguiente no es solucionada.
Estar atento a esta situación, sobre todo en organizaciones con grandes organigramas permite darse cuenta del problema con anticipación, si ya se dieron fugas, entender el problema y atajarlo lo antes posible.
Si los dueños o el director general no tienen la posibilidad de hacer esto personalmente o por considerar que no sabrán detectarlo, pueden acudir a un externo que haga la labor.
2.- El acoso.
Si bien no es la razón más común por la que los buenos empleados se van, si es la más delicada; y es por ese el motivo el que la mencionare primero.
Hoy en día el acoso es una problemática en muchas empresas. Y a veces se da desde la contratación, y lo que parece ser el inicio de una excelente relación laboral con beneficio para ambas partes, según pasa el tiempo termina siendo una pesadilla.
Capacitar y concientizar a todo el personal sobre estas situaciones y temáticas. Con cero tolerancia. Y se debe atender a las primeras señales. Es importante comentar que el acoso se puede dar en diversos ámbitos de la empresa.
3.- La sobrecargan de trabajo
Cuando a una persona se le sobrecarga de actividades o responsabilidades entra en un desgaste físico, mental y emocional, conocido como estrés laboral o “Burnout” que puede en casos graves llegar a poner en riesgo la salud.
Es este estrés el que va desgastando a la persona, quien encuentra como la mejor solución el salirse de esa situación, al ver que esta sobrecarga no disminuye o es atendida por su jefe.
Algunos escritores de estos temas, pero sin el conocimiento real dicen que al aumentar la carga de trabajo o responsabilidad de un empleado hay que subirlo de puesto, y/o darle un salario mejor. Quien sepa de empresas sabrá que en una estructura organizacional acceder a un puesto más alto implica tener el puesto del jefe, lo que difícilmente sucederá, ya que sólo la vacante de un puesto permite un ascenso (Con la excepción de que se abran áreas nuevas). Que una persona tenga sobre carga laboral no implica que este capacitada para estar en un puesto con más responsabilidad.
En cuanto al aumento de sueldo puede ser un motivante temporal; ya que el desgaste por el trabajo seguirá afectando a la persona y esa solución sólo retrasará por un tiempo el problema. Algunas soluciones simplistas como estás pueden traer más problemas y no son soluciones.
La solución está en entender y conocer porque a una persona o área se le está sobrecargando de trabajo, ya que puede haber varias razones.
- La persona en cuestión no tiene los conocimientos o la capacitación que le permite ser eficiente para sacar el trabajo en sus horas laborales.
- Se le está encargando más trabajo del que se puede sacar en las horas laborables.
- Averiguar porque se incrementó la actividad en la empresa, alguien dejo el trabajo y eso genero más trabajo.
- Con excepción de que la persona necesite ser capacitada para poder sacar ese trabajo, la opción es contratar un asistente o un nuevo empleado que ayude a realizar esa tarea.
También es importante tener la visión de si esta sobrecarga sería temporal o permanente, Hablar con las personas y mostrarles que uno esta al tanto de la situación y se están tomando cartas en el asunto, ayuda a que la persona se sienta valorado.
4.- No sentirse valorados
Aunque es fácil el reconocer el trabajo de los demás, y agradecerlo, en la realidad los jefes tienden a no agradecer el trabajo de sus subalternos. No les dan el reconocimiento que merecen por su trabajo ante colegas o superiores, ni les comparte las felicitaciones que su trabajo pudo generar en los superiores, aunque si les comparten cuando el trabajo genera enojos, problemas o tiene errores.
En ocasiones también sugerencias o mejoras de los subalternos se pierden en el escalafón de la organización para aparecer ante los superiores o dueños como ideas propias.
Es importante que todos los participantes de una organización entiendan que son un equipo, que el trabajo de todos es lo que hace que la empresa funcione, y que la participación de todos es necesitaría para crecer y ser más eficientes. Por lo que reconocer el esfuerzo de cada uno, y los buenos resultados. Aunque para muchos jefes esto es la obligación de un trabajador, promover las ideas o sugerencias a niveles superiores respetando al autor de las mismas, y si esta prospera permitir que toda la empresa lo sepa, se vuelve un aliciente para el trabajador. Tal vez en algunos casos hay que considerar que premios y compensaciones económicas sean parte de ese reconocimiento, ayuda a sentirse más valorados a los empleados.
Es también una virtud de los jefes el encontrar que hacen bien sus subalternos y felicitarlos por ello, al mismo tiempo que motivarlos a mejorar en otras que no son tan buenos, reconociéndoles los avances que logren hacer.
5.- Negarles la capacitación.
Los buenos empleados buscan ser crecer, aprender, hacer mejor las cosas o buscar aportar soluciones a problemas existentes, y se sienten decepcionados cuando no se les da la oportunidad de capacitarse. Cuesta trabajo creer que en negocios donde se desea crecer, ser eficientes no se favorece la capacitación. Y se les niegan a los empleados que lo solicitan aduciendo que no hay presupuesto, que no es necesario y otras. Por eso vemos desde pequeños negocios hasta grandes transnacionales ejecutivos que no saben usar correctamente una computadora, o programas como Excel o Word, personal de recepción que desconocen el funcionamiento básico de los conmutadores, asistentes incapaces de sacar provecho de una copiadora, entre muchos ejemplos más. Estos pequeños detalles provocan que las empresas no puedan alcanzar la eficiencia que buscan. Esta misma falta de capacitación afecta el desempeño de los empleados en la atención a clientes, con las consecuencias que esto tiene para la empresa.
Tener un programa de capacitación adecuado y permanente es lo mejor. De igual forma cuando un empleado pida o traiga una opción de capacitación que considera importante o necesita antes de contestar negativamente, lo mejor es evaluar la capacitación, la razón por la que la pide y los beneficios y desde ahí decidir o buscar opciones.
Me ha impresionado oír a directivos “muy valorados”, decir que la capacitación es un gasto que no se amerita realizar ya que se pierde tiempo, dinero y al final el empleado se va. No entienden que renuncia porque no hay capacitación. Caso similar me paso el con un empresario que ante la opción de capacitar dijo muy convencido que las personas tienen la intuición para aprender cómo se debe hacer algo, y que en una empresa normalmente ya hay alguien que le enseñe lo que hay que hacer. Claro que en posteriores asesorías la queja estaba en que las personas no sabían hacer bien las cosas.
Debemos entender que no siempre capacitar hace referencia cursos, taller y seminarios; en la mayoría de los casos es que alguien de la empresa enseña a la persona como se hace, se usa, se realiza, etc. para que esa persona se sienta segura de lo que hace, de lo que se espera de ella. Con esto logramos que un buen empleado se sienta integrado al equipo por una parte y que no se le esté llamando la atención constantemente, lo que genera un ambiente negativo.
En cuanto a equipos y maquinarias, creo que además de adquirir la costumbre de leer los instructivos, normalmente con la venta se ofrecen capacitación sobre el uso, mantenimiento y cuidado de los mismos. Aprovechar estas es un buen comienzo.
6.- No ser valorados como personas.
Hoy en día sería difícil creer algo así, pero en la mayoría de las empresas y negocios los empleados no son tratados como personas, se olvidan de que son seres humanos, con problemas, familia, etc. Por lo que es importante que todo los jefes de la organización sepan encontrar el balance entre el empleado y el humano. Imaginemos como se siente una persona que en muchos casos pasa más tiempo en el trabajo y en el traslado al mismo que con su familia, y en el trabajo es considerado casi un objeto o una máquina.
7.- El ascender a personas por favoritismos.
En las empresas que no tienen muy claro la forma en la que se dan los ascensos se sigue viendo más frecuente de lo que se puede pensar que los ascenso, premios y reconocimientos se basan en favoritismos o intereses personales de los jefes, más que en capacidad, eficiencia, compañerismo, responsabilidad y otros temas realmente importante para la organización.
Cuando una persona se esfuerza por hacer su trabajo, y hacerlo bien, es normal encontrar que espera ser reconocido, que si hay un posible ascenso este se decida por cuestiones laborales, y también tienen el interés de ser parte de un equipo o empresas donde todos tengan un compromiso similar.
Pensar que una persona con esta actitud hacia el trabajo acepte o tolere por mucho tiempo que los puestos y ascensos se den por favoritismo a personas que no realizan su trabajo o no lo realizan bien es algo ilusorio.
8.- Los jefes no cumplen los compromisos.
En las empresas se valora la confianza y la honestidad, si estas son valiosas en cualquier persona, son mucho más valoradas en un jefe, ya que será una forma de mostrar a sus subalternos que pueden confiar en él, que cuando acuerden algo con ellos esto se cumplirá. Lo que motiva a los empleados a realizar las tareas sabiendo que lo negociado se hará realidad.
Pero por el contrario muchos jefes tienden a ofrecer cosas que no cumplen sólo por lograr lo que ellos necesitan, y estos compromisos pueden ir desde salir temprano un día, no asistir un día, vacaciones, un premio, un aumento o un ascenso. Es obvio que la persona con una o dos veces que le pase esto se da cuenta que su jefe no cumple su palabra, dejara de confiar en él y su compromiso con el trabajo bajara, hay empleados que pueden quedarse en esta situación toda la vida, pero los buenos y valiosos no toleran estas cosas porque no lo aprueban y son los que terminaran dejando el trabajo.
9.- Los ridiculizan o minimizan.
Muchos jefes tienden a ridiculizar a sus subalternos por sus ideas o errores, si esto no se debe dar ni en privado, mucho menos en público, lo que acostumbra hacer normalmente quien acostumbra esta práctica. De igual forma buscan minimizar el trabajo o las aportaciones que hace un empleado, argumentando que si les dan alas mañana quieren ser jefes, quieren ganar mucho, ya no se esfuerzan por aprender, y otras razones sin sentido que sólo muestran el temor de los jefes a ser superados.
10.- No aprovechan o valoran sus habilidades.
Los buenos empleados, están buscando mejorar cosas en el trabajo, esto es resultado de sus conocimientos y habilidades, crecer en pro de la empresas y obviamente de su propio desarrollo en la misma. Pero contra toda lógica son los mismos jefes los que limitan esto, otra vez encontramos el temor del jefe de ser opacado o superado por su subalterno, sin lograr entender que si se trabaja como equipo cualquier mejora o beneficio que se realice por su grupo de trabajo y empleados a su cargo es también para él un reconocimiento de que saber guiarlos para obtener mejores resultados.
Una persona que ve limitado su desarrollo, que promueve o propone cosas para mejorar, y son constantemente rechazadas, y en ocasiones hasta recibe un regaño, terminara buscando un lugar donde pueda desarrollarse y se le reconozcan sus habilidades.
En este caso lo mejor sería buscar esas habilidades y promoverlas, apoyarlos en el desarrollo de las mismas, ya que vinculadas a las habilidades de sus compañeros se pueden encontrar sorpresas interesantes en la innovación del grupo; con beneficio por la integración del personal y para la empresa por los cambios que surjan.
Sin miedo… y seamos afortunados.
No debemos tener miedo de capacitar personas, de enseñarles, de creer en ellas, dejarlas aportar a la empresa y de verlas como personas.
Tampoco temamos sus sueños y planes; hay jefes que les da pánico oír los sueños de sus empleados porque eso implica que se irán por hacerlos realidad. Una persona que encuentre en su jefe el apoyo para desarrollarse en el trabajo, que además lo apoya o impulsa a buscar sus metas es al final un elemento que para cuando tenga que partir buscará hacerlo de la mejor forma, dejando todo en orden, capacitando a quien se quedara en su lugar, y dispuesto en el futuro para apoyar en la solución de una duda o problema.
No perdamos de vista que todos somos personas, tampoco que la mayoría es, ha o será un empleado, aun los jefes en la mayoría de los casos son también empleados. Si vamos en el mismo barco porque no entender que lo que yo vivo, quiero y me quejo, es lo mismo que se vive, quiere o se queja los de arriba, abajo y de lado.
Seamos el jefe que desearíamos tener, y dejemos de perder buenos elementos y colaboradores valiosos en nuestra empresa.
Claro que habrá desencantos, personas desagradecidas o que abusaran, es normal; pero para tener un trébol de cuatro hojas seguro tenemos que revisar muchos que fueron de tres hojas. Ya que lo encontremos cuidémoslo.